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Algo sobre teorías y prácticas del derecho

miércoles, marzo 18, 2009

Inseguridad: las reglas del juego

No se engañen, no piensen que esto es sarcasmo, es pulcramente descriptivo, y para colmo incompleto: sólo menciona algunas de las limitaciones estructurales que tenemos que afrontar en el discurso penal fuera de las puertas de las facultades, limitaciones que se encuentran en todo tipo de contexto social, limitaciones que me parece casi imposible deconstruir rapidito y conjuntamente (porque todas tienen una sinergia entre sí) y que nos llevan a entrar a cualquier debate con una mano atada.

El tema es: si van a hablar sobre seguridad, las reglas son estas.

1. No podemos mencionar la concurrencia de causas profundas de la inseguridad, porque se nos dirá que no podemos equiparar pobreza con delito, ya que es cuestión de moral y no de dinero, muchos pobres no son ladrones.

2. No podemos poner en contexto la inseguridad local comparándola con otros "casos" latinoamericanos. A mi lo que me importa es lo que me pasa en la esquina, no si en Bogotá o en San Pablo están todavía peor. Pero además, todas las cifras están arregladas.

3. No podemos establecer distinciones entre delitos. A los efectos de cualquier debate sobre inseguridad, debates sensacionales, homicidio múltiple en ocasión de robo en banda se equipara a arrebato. Conceptualmente, es el mismo enemigo, en un estado anterior de su cursus honorum natural.

4. No podemos refutar nada de lo que haya sido por una víctima o por un colectivo de víctimas, porque ¿a vos te gustaría que te mataran tu hijo?

5. No podemos exigir precisión en la "demanda". A mí, por ejemplo, me gusta la gente del campo, porque está claro lo que ellos quieren: menos retenciones, o ninguna retención at all, y seamos todos felices. O los ahorristas de 2002: "deposité dólares, exijo dólares". Pero los tipos que marchan con una pancarta que dice "Basta ya!", ahí tenemos un lío. Quieren juicios populares sumarios, pena de muerte, escuadrones de la muerte, penas vicarias, militarización urbana, all of the above. No sabemos. Y es un lío, porque todos van en la misma marcha.

6. Para la víctima no hubo presunciones de inocencia, entonces la palabra "derechos" no puede ir en la misma oración que "delincuentes".

Lo cual me remite a lo que iba este post. Si quieren leer algo escrito sobre inseguridad en serio, y más o menos esquivando estas limitaciones, lean a Roberto Gargarella en Página 12, hoy, Los derechos humanos de los delincuentes.

14 comentarios:

  1. Gustavo, excelente. Muy bueno el item 5 sobre saber lo que se quiere y lo que se pide. Me encantó.
    Saludos
    AA

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  2. Brillante, Arballo.
    otra cosa que no se puede hacer es mencionar cifras, porque no importa si los homicidios aumentaron, disminuyeron o estan igual que hace 6 anhos. No importa si se muere mas gente en accidentes de transito que en homocidios dolosos.
    "igual es mucho".

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  3. Coincido con Estudiante Crónica,Gustavo. Muy bueno!

    Ahora,yo reformularía algo del primer punto. La grandísima mayoría de los pobres no son ladrones. Los poquísimos que lo son, son de baja intensidad. El delito tendrá mano de obra de clase baja pero la organización del delito no está en las villas, no está en su gente. Está afuera de las villas y los barrios humildes. O si está en las villas, en los barrios pobres, no vive y no cuenta como un habitante más de la villa, sino que juega un juego complejo, entre fuente de temor para sus vecinos y mercader de influencias de todo tipo (en la política, con la policía, en lo que se compra y vende en el barrio entre otras). Y esa organización tiene lazos fuertes con otros sectores, hacia el exterior de ese entorno.

    En fin, sigamos, che.
    Lucas A.

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  4. Lucas, en la columna del domingo de Grondona, por ejemplo, el primer (y unico, creo) argumento es el decir que en el "garantismo" "subyace" la idea de que "el delincuente pobre es también víctima y por eso no debe ser condenado".

    Eso es lo que oyen cuando vos decís, en algún punto de la discussio: mire, esto no es sólo código penal, es un fenómeno complejo, correlativo de la exclusión social, de la corrupción policial, etc.,

    De cajón, lo que se sigue es: "con ese argumento, tenés que absolverlos a todos", sugiriendo que lo que vos habías traído al debate como una causa social explicativa del fenómeno debe ser desestimado por no constituir una causa de justificación válida individualmente en los términos del art. 34 Código Penal.

    ¡Pero yo no dije eso!, dirás y no importa, el juego es así.

    En cualquier momento, el oponente puede decir: "los ladrones están libres y nosotros, entre rejas para protegernos" y ese es el comodín que les permite autodeclararse vencedores del debate.

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  5. Gustavo, Muy bien, puedo coincidir con lo que decís, no era un contrapunto el mío. Mi comentario iba a "muchos pobres no son delicuentes", bueno, a ese pensamiento puede a veces subyacer, subsistir, la idea de que pobreza y delito tiene correlación fuerte (que la puede tener, pero debemos ver la selectividad de la persecución penal para no tomar las estadísticas que el sistema produce y otros datos), cuando realmente no es un elemento autosuficiente ni autoexplicativo. Puede tener correlación débil.

    Y lo que comenté, además, me parece para reducir, combatir o eliminar la idea, latente en "muchos pobres no son delincuentes" debemos temer la "pero hay pocos que sí y esos pocos son muchos en número". Mi experiencia era la que me hacía pensar y sentir como comentaba.

    Iba por ese lado, no? Ni una cosa ni la otra.

    Sigamos, che.
    Lucas A.

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  6. Lucas, acabo de referir en Obiter un artículo de Alejandro en La Barbarie donde trata precisamente de eso mas in extenso, y por supuesto, ambos tienen razón. (¿Qué tiene que ver la pobreza con la inseguridad?)

    A la marcha de ayer fueron 8.000 personas, un público propio de un partido de Primera C. Sin embargo, esto no impidió que fuera LA tapa de Clarín, que fuera calificada de multitudinaria, que fuera cubierta en vivio con retransmisión de los discursos, etc., etc.

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  7. Este post, como el artículo de Gargarella, son muy buenos instrumentos para ganar discusiones con gente desagradable, sino fuera porque la gente desagradable ni sabe, ni puede ni le interesa discutir.

    Para La Nación fueron 12.000 a la marcha (pero no vi ninguna foto aérea que permita hacer un cálculo, por supuesto). Supongo que para C5N fue como el Alfonsinazo en el Obelisco (aunque puede variar según venga el aporte del gobierno). Y me dijeron (pero no lo vi yo) que Clarín aumentó en un 20% los concurrentes entre la noche digital a la mañana impresa.

    En cuanto a correlaciones, parece bastante cierto que el delito no se correlaciona con la pobreza, sino con la desigualdad y la exclusión. Creo haber leído algo de Sain en ese sentido, y allá por el 2002 (acá: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-9875-2002-09-08.html) Verbitsky cita un estudio del Profesor Adjunto de Macroeconomía I de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Eduardo Patricio Pompei sobre eso.

    Y me gustó el tono, el "espíritu" (¿tiene espíritu un plan?) del plan de seguridad de la Coalición Cívica...
    http://www.coalicioncivica.org.ar/contenido/view.php?bn=sitio_noticias&key=1192227359

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  8. La verdad es que ya casi no discuto, solamente lo hago con la gente que quiere la pena de muerte, y eso si estoy con otras personas que me interesan, en ese caso discuto hasta agotarlo al contrincante, no le dejo pasar ninguna.

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  9. A mí lo que me llama la atención es el poco nivel de especialización que muestra el discurso sobre la seguridad y que lleva a que rápidamente sea instalado, como casi ningún otro tema, por alguien que no es del palo. Quiero decir, Susana Giménez dice algo al respecto e instala el debate mediático y hasta público sobre el tema de la inseguridad. No pasa lo mismo si ella opina sobre política y economía. No hay nadie que tenga la capacidad de instalar el debate sobre esto (de la peor manera, claro) que no sea alguien mediático que no sabe nada sobre el tema.
    Recuerdo una nota de Sain en Página donde lamentaba el hecho de que la seguridad no tuviera un tratamiento más científico (si no recuerdo mal ése era el término que usaba), así como sucede con la economía u otras áreas. Y si uno repasa las especializaciones de los comunicadores o las secciones de los noticieros no hay nadie que sepa de seguridad (sí de deportes, economía, política, etc) y sin embargo, es el área de mayor producción, en términos de cantidad, de noticias.
    Muy buen post.

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  10. Felicitaciones por el post y por el cumpleaños!
    En este país, ser víctima es un gran negocio...

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  11. Casualidad o no... como rutina de todas las noches de pasear por este blog y por el de R.G., pensando en los acontecimientos que ultimamente podemos observar en los medios, (sobre todo al que hace referencia el punto 6-que creo que ya no hay medio en que cualquier persona no lo sostenga)y no se si quizas por mencionar un sensionalismo masivo con respecto a los delitos que "supuestamente" van en crecimiento,
    Hoy puedo decir que quizas comprenda la furia de las personas en busca de "justicia" al encontrarme con parte de mi casa desvalijada
    Saludos para todos!

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  12. Clap, clap. Realmente, impecable. Es increíble como todavía hay gente que confunde tanto las cosas que intenta aplicar lo contrario a los puntos dados aquí. ¿Cómo debatir puntos precisos si no reglamentamos generalidades?

    Saludos!
    PLPLE

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  13. Otra regla es:

    Nunca se debe preguntar "a quien le darias el arma" para ejecutar la pena de muerte, por supuesto que esa persona lo haria con todo placer, en las palabras, claro.

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  14. Genial el punto 4.
    "No podemos refutar nada de lo que haya sido por una víctima o por un colectivo de víctimas, porque ¿a vos te gustaría que te mataran tu hijo?"

    ¿A quién no lo han interpelado de esa manera, no sin prepotencia,tras manifestarse en contra de la pena de muerte o a favor de los derechos humanos?
    A mí me paso en un entorno de gente a la que creía conocer bastante bien, pero que termine descubriendo como torturadores potenciales. Es escalofriante.

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