Gestión judicial: tus zonas erróneas


Solemos leer y escuchar muchas cosas sobre gestión judicial y cambios de (impostamos la voz) paradigmas. 

Siempre nos hacemos hinchas de las cosas que quieren cambiar para mejor y casi todos tienen buenas intenciones. Desde ese lugar, decimos: hay precauciones y no tenemos que salir a comprar espejitos de colores. Para que vean de qué hablo, extremo, caricaturizo y comento algunas posturas.

Fuente: Broken Detroit

Confusión de objetivos con estrategias. Uno ve "planes estratégicos" que son enumeraciones de metas, sin explicar cómo llegaríamos a ella (y por qué son esas, y no otras diferentes, más ambiciosas, o menos, o distintas, las metas deseables). O que incluyen en una declaración de instrumentos o estrategias: "informatizar", como si una herramienta por sí misma implementada o aplicada de cualquier modo fuera a mejorar per se la cosa. Llevado a otro ámbito, un docente malo no es transforma en bueno por proyectar en powerpoint las mismas cosas que antes escribía en tiza. Incluso puede empeorar.

Superficialidad de las críticas al incrementalismo. Es verdad que por costumbre uno supone que los problemas se buscan solucionar generando "más de lo mismo". Por ejemplo: colapsan tribunales, solución crear más juzgados. Que sin cambios de fondo volverán a estar colapsados en poco tiempo. Habiendo dicho esto, las críticas al incrementalismo no deben ser vistas como negadoras de una ley de hierro de las organizaciones: cuando el volumen del trabajo aumenta, hay que dedicarles más recursos humanos. Los cambios de paradigma no hacen magia. Si te entraban mil expedientes en 2005 y hoy entran dieciseis mil, ponele la firma: hay que crear otro juzgado.

Pensar: "que la gente se resista al cambio es natural, demuestra que lo que hacemos está bien". No siempre es así. No todas las reacciones negativas son defensivas y reaccionarias. E incluso aunque lo sean, no siempre van a estar equivocadas.


Los modelos de gestión no son commodities. Se pretenden importar o exportar modelos desde y hacia otras administraciones sin un análisis adecuado de si su "exito" se debe a condiciones propias o idiosincráticas. Caso hipotético: un Ministerio Público que tiene un fuero pequeño en territorio, un rango muy acotado de competencias, alta mayoría de empleados con sueldos de cinco dígitos, y que tuvo la ventaja de arrancar "de cero" con una estructura moderna en la década del noventa. En esas condiciones, hay que ponerle muchos asteriscos al momento de propiciar la exportabilidad directa del modelo a otras jurisdicciones que no tiene las mismas ventajas comparativas.

Desburocratizar no es privatizar. De modo similar se propicia la adopción de técnicas propias del sector privado cuya eficiencia es tomada como axiomática sin tener en cuenta el especial y muy diverso plexo de lógicas de lo público. La lógica de un call center no es la misma que la de una oficina de atención a la víctima.

Estándares de eficiancia medibles engañosos. Los núcleos duros del discurso parten de actividades fácilmente mecanizables con lógica fordista y cometen la falacia de presuponer su validez para aplicarlas a procesos operativos y decisorios harto más complejos. De vuelta, aquí: lo que vale para la labor de una oficina de notificaciones tal vez no valga para la labor de un juez de garantías. Relacionado con ello, se observa obsesión por lo "medible" en términos de productividad y uniformización interna sin cómputo de externalidades ni visión de la calidad de los resultados.

Subordinación y valor just in time. Se sobrevalora el efecto mágico del "compromiso" del empleado o funcionario como apalancador espontáneo de la productividad. Se enfatiza el efecto mágico del "liderazgo" a un punto tal que se predica de modo encubierto la subordinación acrítica al superior.

Ritualismos con otro nombre. Irónicamente, se parte de la crítica y la defenestración de la rigidez de las estructuras, y se termina propiciando como ideal de belleza una planificación sacralizada y una supervisión opresiva que obliga a dejar constancia por escrito de que alguien hizo una copia de más de un documento que no correspondía y un comité interno deliberar las acciones de corrección para que no pase mas. "No sabés el tiempo que perdemos ahora que somos eficientes".