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Algo sobre teorías y prácticas del derecho

domingo, julio 22, 2007

La Justicia en Argentina: cifras y perspectivas

De repente hay visiones escépticas sobre las ONGs (ver, por todas, ésta de temper tantrums, que comparaba Transparency Brazil con Poder Ciudadano aquí -sí, perdimos por goleada-, o ésta que desde lo conceptual cavila sobre la praxis oenegística en derecho). Y sí, el problema es que si las ONGs auditan e interpelan al Estado, ¿quién audita/interpela a las ONGs? Los bloggers, por supuesto... hasta que seamos cooptados por alguna ONG -lo cual, fatalmente ocurrirá, por mero instinto gregario-.

Pero en este contexto yo quería aprovechar para recomendar y decir algo más sobre un excelente trabajo, que esponsoreó Unidos por la Justicia (ONG patrocinada, a su vez, por FdN, a quien le hicimos alguna vez alguna recomendación ¡gratis! para solucionar su cuita electoral) donde se recopiló -con la dirección de Germán Garavano- el dossier sobre "Información y Justicia II". Y que tiene una bonita edición digital, que patrocinó la Fundación Konrad Adenauer, que puede descargarse de este link.

Los datos "duros" allí relevados también están en la web de UxJ, que contiene una completísima sección de estadísticas que cubren el Poder Judicial federal y el de todas las provincias. Tarea que, en verdad, debería entregarnos el Ministerio de Justicia, a quien alguna vez le sindicamos cierta invisibilidad.


Cuántos trabajan en la justicia

Leemos allí que desde el año 1992 hasta 2004 la cantidad total de jueces en Argentina creció un 38%, especialmente en los poderes judiciales de las provincias donde se produjo el crecimiento más fuerte, con un 41 %.

Claro que también aumentó, y en proporción mucho más, el número de causas ingresadas. El número global país fue de 1.846.999 causas en 1992, pasando a 3.908.571 en 2005. El incremento fue del ¡211 %!

¿Cómo se pudo absorber semejante brecha?

Esto no lo dice la gente de UxJ, pero mis conjeturas se concentran en dos razones principales:

  • Un incremento exponencial de la productividad: recuerde que la tecnología dominante circa 1992 era la máquina de escribir, y la automatización de tareas ha hecho las cosas mucho más fáciles.

  • Un aumento cuantitativo en la base de la pirámide del organigrama. Suponemos que la estructura modelo 92 no incluía tantos prosecretarios, relatores y otros empleados como la que tenemos ahora. Y nos quedan dudas sobre si este esquema de datos incluye a pasantes, o si éstos son la cifra negra de la estructura de recursos humanos.

En cuanto a lo último (la relación "pirámide/base") los números consolidados a nivel país hablan de 4.263 jueces, 1308 fiscales y 830 defensores, a los que asisten, en total 62.500 empleados. Conforme a esto, la oficina judicial promedio tendría 9,76 empleados por cada funcionario jerárquico (juez, fiscal o defensor).

  • También trabajan en la justicia, aunque no sean empleados, los abogados. El informe dice que Argentina tiene 311 abogados cada 100.000 habitantes (EEUU tiene 373; Brasil 278; Inglaterra 189, y Francia ... nada más que 67. Eso es tener una matrícula controlada). De ahí deducimos que el número de abogados que trabaja en nuestro país es de 120.000.

Cuánto se gasta en justicia


En 2005 el presupuesto promedio en justicia por habitante fue de 87 pesos, lo cual, comparándolo en un intervalo quinquenal, supone un aumento del 23,2% con respecto al año 2000 (cuando era de 70 pesos).

  • Téngase en cuenta que el 89% del presupuesto judicial consolidado argentino va a gastos de personal. No es un buen dato, porque implica que se está trabajando con poco margen para gastos de equipación, infraestructura, capacitación e insumos.

¿Poco o mucho? ¿En relación con qué?


Para comparar, voy a chequear los datos que tomé de los números de Gasto Público Nacional Consolidado del Ministerio de Economía. Allí las series reportan que los $ 87 de Justicia equivalían al 2,5% del total del gasto primario, mientras que en ese año se gastaban $ 243 en Defensa (7,18 %), $ 489 en Educación (14,46 %), $ 510 en Salud (15,06 %), $ 739 en Previsional ($ 21,83 %), todo per capita. El cuadro comparativo del costado nos muestra gráficamente estas diferencias, bastante esperables y lógicas por lo demás.



¿Poco o mucho? ¿En relación con quién?

Otra forma de poner en perspectiva aquella cifra es hacer una comparación internacional, tomando los gastos a valor dólar. El estudio de Unidos por la Justicia releva estos datos -calculados per capita, para neutralizar la diferente magnitud de población de cada país- que muestran un aparente relegamiento.




¿Por qué digo "aparente"? Porque la comparación en “dólares brutos” no es un buen indicador del rendimiento presupuestario. Como ya se dijo, la justicia no trabaja con insumos a precio internacional, sino que se compone mucho más por la remuneración del trabajo local, que comparativamente es bastante menor en nuestro país que en los más desarrollados. Para evitar sesgar la comparación -que es lo que yo creo que sucede si uno se queda con el cuadro de Unidos por la Justicia- hay que echar mano a un instrumento técnico -bien conocido por los economistas- que no es perfecto, pero que sí puede dar una aproximación sensible: la conversión de los dólares nominales a dólares PPP (purchasing power parity) para estimar el poder de compra interno de la moneda.

Cuando lo calculamos en dólares internacionales, vemos que el gasto en justicia comparado experimenta un realineamiento muy notable:


Y Argentina es uno de los que, de hecho, más sube en ese realineamiento. Una de las posibles "lecturas" del primer cuadro podía ser autocomplaciente para el aparato judicial argentino, al que podríamos "excusar" en sus ineficiencias porque se encuentra muy pobremente dotado de recursos. Pero la estadística que vemos ahora nos muestra que la dotación de recursos económicos de nuestro sistema, medido en dólares PPP, no es nada desdeñable y ocupa el puesto 4 en esta muestra de 12 países.

Podemos afinar un poco más los datos. Porque el gasto no es lo único que tenemos que considerar, sino que también importa la "litigiosidad". Se mide en causas iniciadas por año cada 100.000 habitantes. En el pool de datos que da el estudio de Unidos por la Justicia, el récord lo tiene el sistema judicial de los Estados Unidos, con 33.848, y el tope inferior lo registra Colombia, con 2.118. Argentina tiene, según UxJ, 10.225, que se reparten aproximadamente por mitades en causas civiles y penales.

Entonces, vamos a encontrar que los recursos que destina el país norteamericano, si bien nominalmente son cuantiosos, se deben dividir para atender un número de causas enormemente mayor que el que se da, en proporción, en el resto de los países (téngase en cuenta que los otros que completan el podio de nuestra muestra, España y Chile, tienen tasas de litigiosidad de menos de la mitad que EE.UU. -respectivamente, 16.000 y 12.300). [De todos modos, aclaramos desde ya también que hay que tomar con mucha cautela el dato "americano" porque en EE.UU. las faltas de tránsito y otras misdemeanors se computan como causas penales a los efectos del índice de litigiosidad; si se las excluyera, la litigiosidad podría bajar hasta ubicarse en el rango de 20.000 - 25.000, alterando los otros ratios que siguen]

Para ver cómo se correlaciona este cruce hicimos este gráfico de dispersión, llevando los recursos en el eje vertical y la litigiosidad en el eje horizontal. Y nos encontramos con una tendencia que queremos subrayar.



Recuerden que pueden verlos más grandes si hacen click sobre los gráficos. Lo que se nota enseguida es que existe una alineación entre datos que parecían dispares: p.ej., el 2º país en recursos en dólares (Francia) y el último (Perú). Lo que pasa es que el sistema judicial de Perú tiene un ratio similar a pesar de su menor dotación nominal, porque su litigiosidad es mucho menor que la de Francia.

Para cuantificar esta correlación, podemos hacer un cálculo muy simple: tomar el gasto per capita en valores ppp, multiplicarlo por 100.000, y dividirlo por el índice de litigiosidad. El resultante será el gasto promedio por causa, calculado en dólares ppp, que mostramos en este gráfico:



Fíjense cómo ha cambiado este cuadro, comparándolo con el primero de este post. Es una forma lineal de lo que en el tercero era de dos dimensiones. Los países que en el gráfico de dispersión quedaban a la derecha de la línea de tendencia muestran, lógicamente, los valores más bajos de la serie: son Chile y Estados Unidos. Los países que quedaban a la izquierda de la tendencia muestran los valores más altos: Colombia y Brasil, que tienen la asignación de recursos más generosa.

Y Argentina, recalculando su "gasto de justicia" en dólares ppp, ajustado por el índice de litigiosidad, queda con un valor de U$ (ppp) 817 por causa. Muy cerca de los 800 de Italia, de los 826 de Alemania, no muy lejos de los 867 de Francia. La conclusión es, para mí, clara: no hay excusas.


Links

- Hace unos días debutó en el blogroll, a la derecha, una selección de las ONGs tops locales de nuestro rubro.

- Próximamente, una segunda parte de este informe: la Justicia en las provincias.

10 comentarios:

  1. Lo suyo ha sido un capo laboro, como nos tiene acostumbrados por otra parte.
    Nos hace sospechar que la muy baja litigiosidad se deba a una falta de justicia - en Colombia, digamos, algunos asuntos se litigan a los tiros, extrajudicialmente - y la muy alta a una exagerada judicialización de los problemas civiles. ¿cuál será el punto razonable? ¿Alemania?

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  2. Creo que las cifras de judicialización internacionales deben tomarse con pinzas porque no sabemos si la captación de datos está hecha con criterios uniformes.
    En cualquier caso, EE.UU. y Colombia, tan alejados de la recta de tendencia, parecen ser lo que los estadígrafos llaman "outliers", y deben tener alguna explicación más "metodológica" junto con la "sociológica".

    En cuanto a esta última, la litigiosidad también depende en buena medida de la "fe" en la justicia, y por eso un índice de litigiosidad bajo no necesariamente es un buen dato. (En otro orden de cosas: el otro día miraba datos de presos y veía que los países africanos tenían muy pocos detenidos. Creo que eso no habla bien de la justicia penal africana, porque nos hace presumir que lo que ocurre en verdad es que hay mecanismos punitivos paraestatales que resuelven los conflictos fuera del sistema).

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  3. Un aplauso rabioso por tu trabajo (no comenté en los posts anteriores más por sentirme intimidado por el nivel, no por no haberlos leído).

    Cuando iba bajando y vi la comparación del gasto, ya estaba rumiando indignado PPPs! PPPs! Y allí seguía! Lo de la regresión me pareció asombroso. El 95% de los abogados no escuchó hablar nunca de una regresión lineal.

    Jamás se me había ocurrido que el procesador de textos implicó un aumento de la litigiosidad. Pero es tan lógico que me da vergüenza.

    Te apunto unas cosas que me parecen a mí, desde mi improvisación e ignorancia. Uno de los principales problemas de la justicia argentina, y que se evidencia con tu análisis, es la bajísima eficiencia asignativa de los recursos. El dispendio exagerado en salarios es uno de los motivos principales. Sería muy interesante poder formalizar los números globales y los factores que hacen a la producción de la justicia para trazar curvas de costos. Y poder ver, de una vez por todas, en qué punto de una isocuanta se para la justicia argentina. Me atrevo a pensar que estaríamos en un punto terriblemente ineficiente, y que con el mismo gasto podríamos acceder a una producción muchísimo mayor, o de mucha mejor calidad.

    Un discurso muy difundido, que ya me tiene harto, es el de "hacen falta más juzgados". Mucha gente, en todos los extremos de la competencia, cae en esta falacia. Sin ir más lejos, Gordillo proponía en el primer tomo de su tratado que tenían que haber como doscientos juzgados contenciosoadministrativos en la Capital. Un delirio, pero lo decía en serio.

    Los jueces son suficientes. El problema es que se le asignan tareas que no tienen justificativo con la función que deben cumplir. Me explico: la Constitución exige un juez para adoptar cierto tipo de medidas (ya las sabemos, me las ahorro ahora). Pero como todos sabemos, su principal sobrecarga está en controlar (es un decir) cada audiencia, en correr vistas y traslados, y en proveer pamplinas. Cada vez que veo un "agréguese" con la firma de un juez abajo siento uns desfallecimiento.

    Con esta lógica, ¿cuántos jueces harían falta en Manhattan? ¿Mil? ¿Cinco mil? Y no son muchos más que veinte, en el Distrito de Manhattan Sur, donde se sitúa el 50% del movimiento financiero internacional. Uno de ellos es nuestro conocido, el Juez Griesa.

    La solución no está en más abogados generalistas como jueces, sino en dotarlos de una estructura de asesoramiento sólida y capacitada. Esto es, además, lo que más preocupa a un juez cuando no tiene más remedio que entender en una causa: no hay nadie que le pueda leer los informes técnicos, las pericias, que le puedad "tirar letra" aunque sea cuando la causa tiene aristas de complejidad económica, médica, científica, etc. Entonces, se atienen a dogmatismos juridicistas, y así pasamos vergüenza.

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  4. La solución no es tan compleja: Oralidad ya, incluso en los juicios civiles. Un tribunal en Canadá o Estados Unidos emplea muchísimas menos personas (el juez, y dos o tres ayudantes cuando mucho). El ahorro en los salarios secretatios, prosecretatios, empleados comunes y sus respectivos asistentes permitiría reinvetir en mayor cantidad de jueces que a su vez mejoraría el acceso y la eficacia de la justicia por vía de celeridad.

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  5. Me quedo con los comentarios de Ulrich (Muy buenos, lean también el post que hace en su blog). Oralidad no es una gran solución si al juicio lo precedés de una etapa previa escrita que desnaturaliza el sistema: hoy en Quilmes -fuero penal- se están fijando audiencias de juicio oral para el 2013.

    Y me da pie para aclarar que la línea de tendencia del cuadro cartesiano la hice a mano, para subrayar el alineamiento que enhebra a varios puntos cercanos. No es una recta de regresión de veritas.

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  6. Justamente, lo que propongo es que sea totalmente oral, y escrito solo lo mínimo necesario. Dicho sea de paso, he leído por ahí que iban a investigar a los juzgado que estaban dando fechas de juicio irrisorias ya que se apartaban demasiado de la media provincial (que cuando mucho deben de andar en los dos años)

    Se ha visto que a parecida asignación de recurso en EEUU y en Argentina hay una diferencia de productividad abismal. ¿El código de procedimiento no tendrás pues en algo que ver?

    Saludos

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  7. En Chubut, para el proceso laboral la contestacion de la demanda se hace en una audiencia (en la cual a la vez se trata de llegar a un acuerdo), en Comodoro si presentas hoy una demanda te estan dando fecha de contestacion para el 2008!! por lo cual ahora se esta analizando una modificacion del proceso para agilizarlo.

    No se si la solucion son mas juzgados, pero si buenas auditorias y que todos los empleados trabajen las 6 horas que deben (Igual esto ya es un problema de toda la administracion publica del pais en general) y que en los concursos se elijan a la gente capacitada y no a los "amigos de", sino es siempre lo mismo por mas personal que se contrate, mas juzgados que se abran o procesos orales que hayan. Saludos!

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  8. Anotación al márgen... el link hacia la pagina Ni Lecciones Ni Ensayos est morte. El lío que armaron estos muchaaaacccchooooosssss.... Jeje. Interesante. Se despide, afectuoso, Oliver.

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  9. http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12260513118003747421624/015807.pdf?incr=1
    Ahi se explica por que. Se despide, reiterativo, Oliver.

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  10. Mmmm. Es verdad, hubo autocensura ahí, el post se evaporó. Pero bueno, mientras sigan blogueando los bancamos a C&D.

    De todos modos, Oliver, que es un verdadero "bad man", nos da ese link que lo suple con ventaja. Es de Enrique P. Haba, y la pregunta que le sirve de arranque es: "¿De qué viven los que hablan de derechos humanos?". Léanlo, el paper es provocador y muy, pero muy, interesante. Capaz se merezca una reseña en post aparte.

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