En muchos casos, los futuros estudiantes ya lo tienen decidido, para los que todavía están con la duda, acá va un pequeño checklist para orientarse o bien para ponderar mejor ventajas y desventajas.
Qué hay que considerar para elegir una carrera
Estas son las cuatro cosas que yo miraría en abstracto.
- Organización: Clases y horarios; régimen de cursos; formas de enseñanza y evaluación.
- Grilla académica: Profesores y programas.
- Perspectivas de inserción laboral: programas de pasantías y "valor llave" del título.
- Contexto: Biblioteca, extensión universitaria y servicios administrativos.
Los puntos 2 y 3 se prestan para espejismos, y sólo se puede saber preguntando a estudiantes y egresados muy recientes.
Por caso, puede haber un "titular" nominal en una cátedra que tenga mucho apellido pero nunca se va a presentar a dar clases. Con el esquema y contenido de las materias pasa lo mismo, muchas veces no corresponde a lo que se da en la realidad de los cursos que terminan siendo bastante planos. También aquí hay dependencia de las expectativas: para alguien que tenga en vista el ejercicio común de la profesión, un programa clásico estará bien; otros van a querer algo más "orientado" o sofisticado.
En el rubro "pasantías / inserción" casi todas las facultades lo prometen y su factibilidad es incomprobable, mucho más porque implica una apuesta a cuatro o cinco años de plazo. Sólo diremos al respecto que en la carrera profesional muchas cosas se obtienen por contactos que nacen en la vida universitaria (profesores y compañeros) y por ende es mucho más llano el camino para llegar a mejores trabajos si se ha estudiado en privadas top o si se ha sido un estudiante destacado en la UBA. Lo que es "prestigio", tradición y reputación, en suma, la "marca" de una facultad, tiene su influencia acá. También puede influir la colocación regional: el título de la UNLPam (donde enseño) es bien valorado en La Pampa pero seguramente no tiene su marca instalada a nivel nacional.
El punto 4 es mucho más importante que lo que parece. Lo obvio son las instalaciones y su hotelería, pero vamos y vemos más allá. En casi todas las universidades, las bibliotecas jurídicas suelen estar pobremente dotadas y actualizadas (y pueden tener un restrictivo régimen de préstamos a domicilio, que suele restringir aún más el universo de lo "llevable"). En cuanto al contexto, y esto quizá sea lo principal, muchos creemos que además importa mucho qué pasa en la facultad, si se hacen actividades culturales, congresos y cursos complementarios, o si funciona como una apática factoría. Obviamente las facultades públicas grandes, que tienen su pasivo con la masividad y la despersonalización, ganan en ese aspecto porque incuban con su "masa crítica" cosas muy variopintas y enriquecedoras. Para el final está lo de los "servicios administrativos", o sea, qué nivel de "atención al público" tienen: hay lugares muy lindos, que destilan paz y administración, y otros que son medio caóticos. Otra vez, esto se nota a simple vista.
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