Garrido d. KOT Righi

Vemos la ironía chicanera (eso de "la lejanía con el lugar en que se halla emplazada la FIA haya tornado también impreciso el cargo del suscripto, que esta resolución –como otras anteriores- confunde con el de “Fiscal General”).

Vemos la cita erudita (Tû – Tû, de Alf Ross).

Vemos el directo bestial al hígado (a propósito de las cautelares: "no podemos avizorar en qué medida tolerar la ejecución de un delito y la obtención de los beneficios provenientes del mismo puedan caber en lo que el Sr. Procurador General de la Nación considera una “estrategia procesal").

Vemos un cross tremendo a la mandíbula (le dice al Bebe que su resolución "es refractaria a todo dato de la realidad, ¡¡¡conduciendo a la paradoja de confinar a la FIA al desempeño de una función que en la realidad se le niega desde hace diez años!!!").

Un árbitro imaginario hubiera debido detener la lectura en la tercera página, ahí ya era nocáut técnico.

Perdonen el abuso de imágenes boxisticas. Es una lástima que, siendo tan importante en la práctica, la disputa sobre las competencias de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas sea tán áridamente técnica. Pero créanme, y chequeenlo para que vean que no miento, el largo texto de la denuncia de Garrido se deja leer muy fácilmente.

Me olvido, por un ratito, de lecturas políticas posibles. Lo que quiero resaltar y por eso lo voy a escribir grande y con rojo, es que, en términos jurídicos, la respuesta que le dio Garrido a Righi en su nota de renuncia es una paliza pocas veces vista entre rivales de competencia profesional equivalente, demoliendo párrafo a párrafo las razones que había invocado el Procurador para encorsetar al Fiscal, marca el punto más alto de la carrera de Garrido y en términos de prestigio supone una derrota durísima e invalidante para el Bebe Righi, humillante también para quienes cerraron filas en torno a él.


Lnks.

- Deben leer el texto completo de la renuncia de Manuel Garrido en el blog de Bovino.

- Pueden enterarse de qué es lo que había firmado antes Righi: he aquí el análisis de Martín Juárez Ferrer (parte uno, y apéndice).