Sres. Miembros del Consejo de Administración
Edificio de Buckingham
De mi mayor estima:
Con motivo de haber observado diversas deficiencias u omisiones en lo que hace al gobierno y administración de nuestro consorcio; teniendo en cuenta que dichas deficiencias u omisiones afectan la imagen de ese Consejo de Administración, cuyo esfuerzo por trabajar por los intereses del conjunto debe ser reconocido; y que, asimismo, aquellas gravitan o podrían gravitar negativamente en el corto o mediano plazo sobre los intereses económicos y en algunos casos sobre el orden que debe regular la buena armonía y convivencia de todo consorcio; y finalmente, a fin de llegar a tiempo con las correcciones que a mi juicio se imponen en estas circunstancias, solicito que ese Consejo gestione ante el señor Administrador la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Atentamente,
Oliverio Cromwell
¿Está bien o mal?
§
Gramaticalmente no tiene errores. Pero es un masacote y la oración es muy larga, claro. Podría escribirse de otro modo. Veamos.
Sres. Miembros del Consejo de AdministraciónLo esencial quedó en el primer parrafo. La ventaja es que esto logra la deseable estructura de pirámide invertida: lo más importante, primero y adelante. Pero todavía sigue siendo un poco larga. Entonces tal vez convenga tachar más cosas. No es bueno un doble gerundio ("habiendo" y "teniendo"). Simplifiquemos.
Edificio de Buckingham
De mi mayor estima:
Con motivo de haberHabiendo observado diversas deficiencias u omisiones en lo que hace al gobierno y administración de nuestro consorcio y teniendo en cuenta que dichas deficiencias u omisiones afectan la imagen de ese Consejo de Administración, solicito que por su intermedio se gestione ante el señor Administrador la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Habiendo observado diversas deficiencias u omisiones en lo que hace al gobierno y administración de nuestro consorcioy teniendo en cuenta que dichas deficiencias u omisiones afectan la imagen de ese Consejo de Administración, solicito que por su intermedio se gestione ante el señor Administrador la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Lo que queda mucho más parecido a una oración que uno puede leer en voz alta sin asfixiarse. Entonces podemos seguir con otras cosas de la primera versión que no son tan esenciales pero que nos parecen a primera vista importantes.
Esta convocatoria resulta necesaria a fin de llegar a tiempo con las correcciones que a mi juicio se imponen en estas circunstancias, las que gravitan o podrían gravitar negativamenteen el corto o mediano plazosobre los intereses económicos y en algunos casos sobre el orden que debe regular la buena armonía y convivencia de todo consorcio.
Y terminar con una frase final amable y politicamente correcta.
Valorando y reconociendo siempre el esfuerzo de ese Consejo de Administración por trabajar por los intereses del conjunto, los saludo atentamente y espero que ese cuerpo dispense curso favorable a mi petición.
Oliverio Cromwell
La segunda versión
¿Se nos ocurre alguna forma de mejorarla?
Cuando hago esta pregunta, muchos apuntan a buscar algo todavía más largo: detallar las deficiencias, explicar en la carta la forma específica en que ello afectaría intereses individuales o colectivos. Alguien muy prolijito buscará hacer "acápites" en mayúsculas previos a cada párrafo. Alguien muy preocupado buscará acompañar fotocopias que acreditan pagos del consorcio. Algunos hasta saldrían a buscar jurisprudencia en La Ley Online.
Rara vez alguien piensa en una reforma radical, como esta:
Sres. Miembros del Consejo de Administración
Edificio de Buckingham
Debido a deficiencias en la Administración de nuestro consorcio, solicito la convocatoria a una asamblea extraordinaria en orden a los artículos 17 y 23 del Reglamento de Copropiedad y Administración.
Atentamente,
Oliverio Cromwell
Y punto. Eso era todo, todo, lo que había que decir. El resto era (mala) literatura.
§
Me gusta este ejemplo de las tres cartas porque no es una sentencia y porque los judiciales podemos verlo sin sentirnos directamente interpelados, atacados, desde el principio. Pero ahora vayan a un fallo (o a un escrito judicial) y van a ver la enorme dosis de tijera que resistiría. La cantidad de tiempo que se va en un foreplay inoficioso. El laberinto de aclaraciones, prolegómenos y cosas que no vienen al caso. Van a ver que escribimos cosas como la primera versión o la segunda (en el mejor de los casos), y rara vez optamos por la tercera.
§
No vamos acá a levantar acusaciones porque no estamos exentos de haber incurrido en lo mismo que criticamos, y porque sabemos que el sistema que nos educa y nos incentiva suele presuponer que el binomio de extensión del texto más dificultad de comprensión equivale a sofisticación, lucidez y solvencia, y debe ser por ello maximizado.
§
Del relator a los jueces concurrentes, en el ciclo de vida de un proyecto de sentencia, muchas plumas van dando nuevas versiones del texto en los que se sacan veinte palabras y se meten doscientas. Nadie tiene el "poder" de controlar la versión final y a todos les parece mejor sumar, que lo que abunda no daña. Así salen muchas veces mamotretos redundantes y potencialmente incoherentes.
§
Desde hace varios años paso demasiado tiempo leyendo fallos. La acumulación de horas de lectura nos da trucos inconscientes de lectura ultraveloz en el "género" jurisprudencia, pero nos lleva a "absorber" y naturalizar el estilo forense, y eso es un riesgo. Así como en trabajos insalubres el empleador estaba obligado a pagarte un litro de leche (?), nostros tenemos que tratar de compensar esto con algún tipo de lectura ajena al palo. Sugerimos que lo hagan para mantener la salubridad de la prosa.
§
El primer y tercer ejemplo de carta está tomado del gran librito de Marcelo Di Marco y Nomi Pendzki, Atreverse a Corregir (textos y secretos del texto bien escrito), Sudamericana, 2009 (
Muy bueno. Hay que ser breve. Pero cuesta.
ResponderBorrarMuy interesante el tema.
ResponderBorrarTuve un profesor de Práctica Forense que nos exhortaba a escribir lo más simple posible sin que llegue a desaparecer la esencia de lo peticionado.
Hay que desmitificar en pos de los alumnos y ciertos abogados, que un escrito denso, lleno de conceptos, latinazgos y jurisprudencia demuestra intelectualidad en la tarea.
Me parece mas desafiante intentar construir un texto más exacto, prolijo y entendible.
Espectacular post. Una vez mas, lo simple es lo más difícil de lograr. Caigo en los errores señalados permanentemente.
ResponderBorrarAhora, dos apuntes en favor de la "complejidad" y la ornamentación: (i) uno tiene el prejuicio (muchas veces con sustento y muchas otras absurdo) de que el tribunal va a considerar mejor o le va a llegar más un escrito con mucha jurisprudencia citada y explicando en diez párrafos lo mismo que en dos y repitiendo hasta el cansancio. Después de todo, se dice que "la letra con sangre entra" frase que se aplica a otras circunstancias pero también a veces a ésta; (ii)A veces es una cuestión de gustos, de estilo y de modas. Me parece interesante la analogía con "otras prosas" porque creo que a veces escritores rebuscados son interesantes para leer. Se me ocurre así, a vuelo de pájaro, pensar en Arlt o en Nieztche, o en Kundera, o en Tolkien, para nombrar tipos que están muuuyyy lejos uno del otro y que me encantan, o al menos a mucha gente le gustan y han sido bien considerados por la crítica literaria.
En el mundo del derecho comercial, el ex-camarista Alberti era famoso por sus giros y ornamentaciones y a veces por sus genialidades -otras veces no tanto-, y era un tipo que escribia complicado.
Me parece que el punto es que para el 99% de los que escribimos, escribir simple es difícil, pero mucho más difícil es decir lo que queremos decir (y decirlo BIEN) escribiendo "complicado".
Y por ultimo (uf!) a veces me parece que la cosa está en los detalles, y resaltarlos es a veces complicado. No siempre todo es negro o blanco, el gris también existe.
De cualquier modo, soy de los que debería simplificar, todo el tiempo. Me quedó larguisimo el comment, no? Alguien me edita, por favor?
Saludos,
Nico
El idioma y la escritura son siempre un hecho estético. Los escritos judiciales no son la excepción. De a ratos se impone el barroco, y más tarde, el minimalismo racionalista. Hay que saber apreciar la belleza más allá de las escuelas, más allá de las modas.
ResponderBorrarPor otro lado, deploro de los ejemplos ofrecidos las oraciones que comienzan con gerundios. Admisible en inglés. Pero esto no es Miami, yet.
Leé bien. El único ejemplo que propiciábamos era el tercero; los otros dos eran caricaturas de diferente grado sobre formas empalagadas del lenguaje.
ResponderBorrarRecomiendo "Confección de escritos procesales" de Edaurdo A. Díaz, editrial Hammurabi.
ResponderBorrarExcelente post! Y como literatura ajena al palo recomiendo cualquiera de las novelas y/o crónicas periodísticas de Osvaldo Soriano. Un maestro de la síntesis que no por eso perdía belleza o estilo en lo que quería comunicar.
ResponderBorrarMuy buen post. Ya era hora de abogar por el castellano simple. Profesionalmente realizo este proceso con todo contrato que redacto o reviso.
ResponderBorrarMuy buen post!
ResponderBorrarY mas allá de la cuestión estética, que todos parecen tener en cuenta, en la redacción de escritos judiciales hay una cuestión democrática: si escribimos en leguleyo, sólo los leguleyos nos van a entender.
Es un acto de poder, injustificable. Dónde queda el justiciable? (que de última es el único que tiene verdadero interés en la resolución del conflicto).
Su vida, su libertad, su patrimonio se juega, y ellos se tienen que conformar -con suerte- con una versión resumida por el boga o burócrata de turno, porque el texto original de su petición o de la resolución, son incomprensibles. Hasta las declaraciones las traducimos; así, un pobre tipo declara y del acta surge que "el deponente refiere que un sujeto masculino lo abordó en plena vía pública, lo amedrentó mediante el uso de un arma de fuego cuya aptitud para el disparo de ningún modo ha podido ser acreditada y sustrajo su dinero y demás efectos personales".
Somos como malos médicos, que en lugar de explicar al paciente qué le pasa, le diagtostican una "hipodeficiencia en el sistema gastroduenal superior, con congestión en el área biliar y exceso de tejido adiposo en la región perilumbar (por decir algo sin sentido).
Dejemos de justificar nuestro poder sacerdotal en razones de estilo.
Buen Post. Felicitaciones.
ResponderBorrarDe los autores que escriben "complicado"; y bien, sólo conocí a dos (y leí a varios);Fontanarrosa en Derecho Comercial; y Enrique Aftalión en su Introducción al Derecho.
Mi opinión es que concientes o no, aspiramos a escribir "complicado" y no bien. Se puede escribir bien sin ser complicado. No se puede escribir complicado sin escribir bien. Y por supuesto, no todos escriben bien... y todos pretenden escribir complicado. Saludos. Anibal.