saberderecho.com

Algo sobre teorías y prácticas del derecho

jueves, julio 28, 2011

Dialogo entre un judicial y un litigante

(En el curso de la conversación queda claro quién es quién)



- No puedo creer que alguien que ve máximo diez casos por semana, tal vez todos del mismo cliente, piense en serio que sabe más derecho que nosotros, que vemos cien casos distintos por semana, de todo el espectro.

- No es así. Vos ves el espectro de lo que te llega, que es sólo una pequeña fracción de los problemas jurídicos. Por cada caso que litigo, hay por lo menos dos o tres problemas legales que yo veo y que no llegan a juicio.

- Pero lo que no llevás a juicio ni es tanto ni es tan distinto de lo que llega, en su mayor parte lo terminás resolviendo aplicando por anticipado los criterios que yo aplicaría, de alguna manera los abogados que arreglan si son buenos cabe presumir que transan en algo muy parecido al valor presente de lo que la justicia diría. O si no lo llevaste a juicio (en definitiva, tu cliente no quiso) tan importante tal vez no era.

- Es verdad, pero lo que importa es que yo probé que no ves “todo el espectro”. Por otro lado, aún dentro del subconjunto de cosas que te llegan estás limitado, vos no ves “todo” el caso, sino sólo ves lo que los litigantes te están dejando ver. Al final terminás viendo sólo fracciones juridizadas del caso, lo ves con anteojeras, y te limita el principio de congruencia.

- ¿En serio pensás que el principio de congruencia me limita? No es una limitación tan limitativa, porque tengo un ancho margen entre el universo de pruebas y pretensiones que suele haber entre partes y contrapartes.

- Pero tenés la obligación y la responsabilidad de ser imparcial, y yo no, por eso mi trabajo es menos problemático y más divertido. Yo a vos te puedo chicanear y vos a mi no.

- Pero yo decido, digo la última palabra. Y eso es más divertido.

- Ponele que sea para vos: yo te la apelo. Igual, si fuera ese el final, hay ahí algo que nos hermana a los dos: la sensación de vacío que te cae en la cabeza cuando termina un gran caso, incluso a nosotros cuando ganamos. La diferencia, la compensación, la plusvalía mía, es que cuando eso pasa yo tengo honorarios que cobrar, y me consuelo con eso.

6 comentarios:

  1. Algo similar hicimos con el amigo Bovino aquí: http://nohuboderecho.blogspot.com/2011/04/ficcion-geografica-juridica-por-rondina.html
    Saludos

    ResponderBorrar
  2. En mi experiencia, la gente que viene de la justicia no hace buen abogado, y los que son muy buenos abogados no hacen buenos jueces. Debe estar en los genes, no? Dejo a salvo algunas notorias excepciones, claro está.

    ResponderBorrar
  3. Te faltó decir algo que cada uno hubiera dicho, te dejo a vos adivinar qué cosa cada quién:
    Vos tenés un mes y medio de vacaciones, sueldo fijo y no pagás impuesto. Yo tengo que correr la coneja todos los días, estoy a un paso de morir de stress..
    - Es cierto.

    ResponderBorrar
  4. En cuanto a la estructura de remuneraciones o incentivos el filo corta de los dos lados. El sueldo de judiciales es fijo y es muy bueno. Del otro lado, un abogado tiene la posibilidad latente de "pegarla" en un juicio muy grande y sacarse una pequeña lotería, algo que un judicial nunca tendrá. No ignoro que el abogado tiene el problema de salir a cobrar los honorarios que suele ser un parto.

    Lo del mes y medio de vacaciones no es tan cierto en la vida real (muchos funcionarios van acumulando días que no se pueden tomar). Y los judiciales tienen que hacerse cargo de subrogaciones de colegas, cosa que los abogados no.

    Lo de los impuestos es punto parcial (vale por el impuesto a las ganancias en el concepto exclusivo de su sueldo, no es que los jueces no paguen ningún impuesto, si van al supermercado les cobran IVA).

    La ventaja posible de un abogado es que puede decir "no" a un caso que no le gusta, que le incomoda atender, que no le rinde, incluso puede abandonar uno empezado, renuncia y santas pascuas. El judicial no (salvo los supuestos de excusaciones tasados).

    ResponderBorrar
  5. Me parece que el judicial tiene una gran ventaja: decidir un tema a conciencia. El abogado de parte muchas veces se embarca en aventuras judiciales con resultado desfavorable cantado, incluso debiendo litigar por cosas que no comparte. A veces, porque no puede frenar el ansia de su cliente y otras por no tener escrúpulos para informarle el panorama negativo.
    El incentivo frente a un gran caso es mucho menos intenso en términos crematísticos, claro. Uno cobra lo mismo, tenga que resolver un tema de defensa de la competencia importante que si vienen veinte ejecuciones prendarias seguidas. La satisfacción, al menos en mi caso, viene por otro lado. Por caso, cuando hay sentencia confirmatoria de la Corte en un litigio así.

    Una aclaración sobre la escala salarial, al menos en el ámbito federal. Si bien remuneración es alta hoy por hoy, sobre todo comparándola para afuera, la escala dentro del Poder Judicial está muy achatada y tiene gran preponderancia la antigüedad. Por caso, un jefe de despacho puede ganar más que un secretario de primera instancia por esa razón.

    ResponderBorrar
  6. Arballo, el dia que encuentre un judicial que se me ponga a hablar sobre el principio de Congruencia le doy un premio. Si es mujer y linda la miraria con mejores ojos a ver si llega a jueza y me salva como minimo el alquiler de la oficina cuando las ejecuciones no salen por capricho de los juzgados que parece que fueron los jueces los que te pagan de su bolsillo....

    ResponderBorrar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

LinkWithin

a l g o | s o b r e | t e o r í a s | y | p r á c t i c a s | d e l | d e r e c h o

(cc) Gustavo Arballo 2005 - 2010 | | Feed | suscribirse a este blog |