El cuaderno táctico de Robert Alexy: del muro helvético al muro magrebí

Aproximadamente a mitad del segundo tiempo, con Alemania cero Argelia cero, Robert Alexy nos enviaba un mail cuyo asunto era el siguiente:

Spielrn / die scheide von eure Mutter 

y luego llegó un correo de voz de similar talante con letra alemana sobre música de Bonnie Tyler (que en determinado momento fue su novia, en aquel verano que pasaron juntos en Hamburgo, esto dicho por el propio Alexy "al margen de todo interés estrictamente táctico o jurídico").

Un día después, vemos que el profesor ha recobrado la compostura y nos escribe su apunte sobre los últimos partidos, que aquí extractamos.

Dice Alexy 

Donde otros han visto drama, nerviosismo y desesperación yo he visto un gran partido de Algeria y de Suiza, ambos ejecutando variaciones de una táctica muy interesante: cortar el flujo de pases del rival. 

O, para ser más precisos, complicar el segundo pase, aquel que se da para entrar en el tercio de ataque.

Es una idea distinta de la de impedir el último pase, (lo que hicieron tan bien en este mundial los iraníes) y de la de salir con presión alta (modelo simeone-bielsa) a impedir el primer pase. No se marca al jugador, ni siquiera se busca en primera instancia activamente el recupero de la pelota, sino que se marcan los espacios por donde se arman los circuitos de juego. La foto ya famosa de Messi de la derecha es representativa de la idea.


Pases de Argentina contra Suiza

El principal problema de esta táctica es que requiere una movilidad intensa de los jugadores y demanda constantes ajustes entre líneas para quien la ejecuta. Es difícil de sostener en el tiempo, aunque el rival que ataca se va también cansando. 

Con variaciones, Argelia y Suiza lo hicieron fantásticamente. Al costado pueden ver los resultados.

Pases de Alemania contra Argelia
Verán que casi no hay pases "azules" (completados) en zonas altas. Y muchos de los completados fueron pases donde el receptor llega exigido, con lo que tiene que devolver atrás para rearmar la jugada.

Los ataques tienen que desgastarse para buscar las grietas del muro (Higuaín así corrió un monton) y quedan exhaustos. 

Como le pasó a nuestro compatriota Rommel en Africa, cuando los suministros se acumulaban en Trípoli y no llegaban al frente.

Hay formas de salir de esto, pero tienen sus contraindicaciones. El tan poco usado pase por alto, por ejemplo, que se puede hacer en diagonal o en forma de centro, tiene el problema que es una catapulta que puede generar muchos contraataques rivales. De hecho, varias oportunidades de Argelia y de Suiza tuvieron ese origen.

Es difícil para el equipo que ataca jugar contra esto, sobre todo cuando empieza a pesar la carga psicológica de un rival que está haciendo muy bien su plan. Alemania tuvo sus problemas al abusar del pase al costado. Argentina los tuvo al abusar del pase de dos tiempos (tanto Mascherano como Gago se abstuvieron de jugar a un toque) lo que quita sorpresa y permite que todo el mundo se reacomode.

La otra forma de superar el muro sería con paredes cortas o encarando con gambeta. Los alemanes lo intentaron poco y cuando les salió metieron gol (y perdonaron un par al final). Argentina lo intentó más, con menos suerte. Pero al final se le dio.

Como nota al margen, los últimos cuatro minutos del partido de hoy fueron épicos, y mas allá de que los argentinos estaban desquiciados, desconcentrados y vacíos después del desfogue del festejo, nos dejan la duda de si Suiza no tenía efectivamente material para encarar un enfoque táctico más agresivo y no tan mural. Pero las tradiciones y las camisetas pesan.

Lo cual me remite a mi última observación, que a esta altura no estoy con disposición para explicar y fundamentar in extenso, es que el equipo de Colombia presenta severas vulnerabilidades, razón por la cual le he apostado a Bernal Pulido que si superan la próxima ronda abandono la filosofía del derecho y me dedico a dar cursos sobre astreintes y sobre juicios monitorios.

Lo que sería un gran avance para la ciencia, me dijo el envidioso.