La teoría de las 10.000 horas

La teoría dice esto: se necesitan diez mil horas de práctica para dominar una disciplina.

Malcom Gladwell (autor de the tipping point, libro bastante interesante) se ocupa de esto en Outliers ("Fueras de serie", publicado en castellano el mes pasado).

A mí me gustó mucho el post que hizo al respecto Kirai, aprender en diez años, así que copio dos extractos:

10.000 horas son más o menos 10 años seguidos dedicando una media de tres horas al día a la materia es cuestión. Si esas 10.000 horas se dedican antes de los 20 años parece ser que el efecto es mucho mayor. Estos artículos estudian varios casos de adolescentes “prodigio” que tocan el piano o el violín a niveles de genio. Resulta que todos estos adolescentes “prodigio” realmente no son tan “prodigio”. El resultado es fruto del sacrificio y concentración infinita de estos jóvenes, que desde los 4 o 5 años se han pasado la vida en casa tocando un instrumento musical. Cuando veo a alguien “prodigio” enseguida me empiezo a preguntar lo mucho que le ha costado y admiro su capacidad de sacrificio por lo que le gusta. En esta biografía de Mozart calculan que antes de empezar a destacar, ¡Mozart tocó el clavicordio unas 20.000 horas antes de cumplir los 10 años! Seguramente fue la primera persona de la historia que tocó tanto el clavicordio antes de los 10 años.

(...)

Henri Cartier-Bresson, uno de los primeros grandes fotógrafos de la historia daba el siguiente consejo a aquellos que querían aprender a sacar fotos “Tus primeras 10.000 fotos son las peores”. Con la llegada de la fotografía digital 10.000 fotos no parecen muchas, pero en la época de Henri Cartier-Bresson por cada foto los fotógrafos se pasaban más o menos una hora en el cuarto oscuro. Una hora por foto, 10.000 fotos… ¡10.000 horas!

Otro ejemplo es el consejo que daba Hemingway para aquellos que querían aprender a escribir, el decía: “It takes 1.000.000 words of crap” (“Hacen falta 1.000.000 de palabras de porquería”). Si hacéis cálculos a ojo de buen cubero, veréis que haciendo un esfuerzo bastante grande de escribir todos los días varios centenares de palabras, hacen falta muchos años para haber escrito ese primer millón de palabras de porquería al que se refería Hemingway.

Tampoco digo que hagan falta 10.000 horas exactas, lo que quiero decir es que cuando ves a algún aspecto de alguien que admiras, alguien que ha llegado muy lejos en algo, no tienes que pensar que es un “prodigio”, no tienes pensar que tuvo suerte, no tienes que pensar que es mucho más talentoso e inteligente que tú, lo primero que tienes que admirar es su capacidad de esfuerzo y sacrificio. Y si alguna vez quieres conseguir lo mismo que esa persona admirada debes esforzarte al máximo, no sólo durante un corto periodo de tiempo sino durante años y años, sin parar, sin parar, hasta conseguir tu propósito. No tengamos prisas en aprender, con la calma, pero SIN PAUSA.

Esto viene a que yo creo absolutamente en esta teoría en lo que al derecho respecta.

Me explico: un abogado obtiene su título luego de 5.000 horas de estudio. Y la teoría funciona, porque la práctica nos dice que sólo es medio abogado, está a mitad de camino y va a tener que seguir aprendiendo. Como profesional, un abogado no está estabilizado hasta que no ha pasado al menos diez años estudiando derecho.

Lo mismo funciona si uno no piensa en el abogado "de calle" sino en una carrera más "académica". Las "maestrías" que se cursan aquí suelen tener una duración total de 500 horas (aunque muchas veces son menos). Es poquísimo. Todo depende de cómo sea el "multiplicador" de la relación horas efectivas de estudio contra horas de clase. Cuanto más difícil y exigente sea la maestría, más horas extra requiere, más alto es el multiplicador. Con un multiplicador de dos (que sería lo estándar) esa misma maestría habría de sumarnos 1.000 horas.

Pongamos una materia importante, como por ejemplo derecho constitucional. Un alumno promedio de derecho constitucional le habrá dedicado unas miserables 150 horas a estudiarla. En ese momento, aún cuando la haya "aprobado", "con diez", tiene sólo el 1,5 % del camino necesario para llegar a ser un "especialista" en derecho constitucional. Al final, el título de verdadero "doctor" nos habrá de demandar, a su turno, diez mil horas de formación específica.

En conclusión: humildad, respeto y paciencia. No hay atajos. Y el mayor talento es la capacidad de mantenerse atento, interesado y enfocado, para que las 10.000 horas pasen lo más rápido posible.


PD. Obviamente, cuando hablamos de "estudiar" no nos centramos en la escena de chico-leyendo-libro-y-tomando-apuntes. "Estudiar" es mucho más que eso, hacer una exposición oral o preparar una ponencia es parte del estudio, ver Legally Blonde puede computarse como estudio, hablar de derecho con un taxista que quiere pena de muerte puede formar parte del estudio, y por supuesto, leer blogs de derecho también debe computarse como parte del estudio. Porque a los que se aburren de "estudiar", lo que les pasa es que, claro, se aburren de hacer siempre lo mismo: leer-libro-tomar-apuntes, y no se dan cuenta o no se dan tiempo para darse cuenta de lo amplio y rico y excitante que puede ser la idea de "estudiar".


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